El finde del 25 de agosto tocó visitar Irlanda del Norte. Como ya sabréis, esta región, a pesar de que su propio nombre indique lo contrario, no pertenece a Irlanda sino a Reino Unido, es en su totalidad gobernada y administrada por ingleses. Tras la invasión de los ingleses en Irlanda, los irlandeses se levantaron para reconquistar lo que era suyo, y este gran rincón del norte es lo único que les quedó por reconquistar y que continúa bajo dominio inglés. Eso es, después de mucha guerra y muchos enfrentamiento entre Irlanda y Reino Unido por esta región, aún muy presente en las principales ciudades como Belfast y Derry.
La mejor opción que encontramos para este viaje después de mirar una otra vez las diferentes posibilidades, fue alquilar un coche para el fin de semana, por supuesto, con gps. Salimos el viernes sobre las seis de la tarde después de recoger el coche de alquiler, un breve repaso al mapa de carreteras y cinco horas de carretera por delante, allí vamos!!
Disfrutando del volante y el sol, condujimos mi compi Rocco y yo hasta llegar a Belfast, la capital de Irlanda del Norte. Como no, el gps nos dejó en la misma puerta del hostal, donde el dueño nos recibió muy amablemente y nos dio todo el tipo de información que necesitabamos para los dos próximos días. Llegamos muy cansados después de casi seis horas de carretera y decidimos descansar para levantarnos el sábado listos para turistear y descubrir Irlanda del Norte.
Aprovechando el buen tiempo que nos tocó fuimos directo a la costa de Bushmills donde se encuentra el famoso puente colgante y la Calzada de los Gigantes. De nuevo pudimos disfrutar de la gran naturaleza irlandesa de paisajes verdes y grandes acantalidados que dejan unas visitas difíciles de encontrar.
El primer desafio fue el gran puente colgante de Carrick-a-Rede, que a simple vista no parece nada, pero cuando cruzas por él, las sensaciones cambian y parece estar veinte metros más alto de lo que realmente está. Al otro lado del puente, pudimos disfrutar de una bonita isla verde con grandes vistas del atlántico.
Después de la mini aventura por el puente colgante. Llegó el gran momento de visitar la Calzada de los Gigantes, denominado Patrimonio de la Humanidad.
Según la leyenda, el gigante de Irlanda construyó esta calzada para ir a luchar contra el gigante de Escocia, al llegar allí lo vió muy grande y asustado volvió a Irlanda perseguido por el gigante escocés. Al llegar el gigante irlandés,, su mujer decidió esconderlo en una cuna y cuando el gigante escocés llegó a por él, se asustó del tamaño del bebé pensado que su padre sería el doble de grande y asustado corrió a Escocia derribando a su paso la calzada y dejando como resultado lo que vemos hoy en día
Pero lejos de la leyenda, este paisaje tan impactante es el resultado de la erupción de un volcán y la mezcla con el agua fría del Atlántico hace millones de años, dejando como resultado cientos de piedras hexágonales y verticales.
El siguiente destino después de esta mañana de naturaleza fue Derry, la segunda ciudad más importante después de Belfast. También conocida por ser donde se produjo el famoso Domingo Sangriento, en enero de 1972 cuando el ejército inglés abrió fuego contra participantes del IRA que se manifestaban ese día por la reconquista de Derry como parte de Irlanda. Lo más interesante de esta ciudad es ver como el centro sigue rodeado de una gran muralla de piedra, desde la cual se puede ver perfectamente la diferencia entre el barrio inglés y el irlandés.
El sábado noche, salimos a conocer un poco la noche de Belfast esperando impaciente la mañana del domingo para conocer la ciudad con la luz del día.
El domingo a primera hora, empezamos la pequeña aventura por la ciudad dividida entre dos países. Primero nos dirigimos a Falls Road (parte irlandesa y católica), lleno de murales coloridos y letreros en gaélico.
Luego fuimos a Shankill Roads (parte inglesa y protestante),
y entre parte y parte, nos cruzamos con el gran Peace Wall (Murode la Paz), el cual me impresionó por su altura y longitud, además de tener puertas con horarios de aperturas para pasar de una parte a otra. Es muy emotivo pasearse por el muro, especialmente en esta ciudad que en mi opinón se respira tensión y guerra, y leer los miles y miles de mensajes de paz escritos por personas procedentes de cualquier parte del mundo. Ese fue mi ratito de reflexión del viaje del finde, pensar sobre cada uno de los mensajes que iba leyendo y en la persona que habría escrito eso, desde Australia, Canada, Italia, Cádiz!......
En mi opinión, como ya he comentado, es una ciudad que todavía respira guerra, rencor.. sentí una ciudad solitaria, con muchas casas totalmente cerradas, muchos mensajes de lucha y muchos rincones que parecían sacados de la típica película de guerra. Para mi gusto, la poca alegría que se puede ver por allí, se la da los bares irlandeses de la zona, siempre con esa alegría de vivir que les caracteriza. Y este muro de la paz, aunque muy emotivo por los mensajes escritos por gente extranjera, no hace más que seguir dividiendo dos países eternamente rivales en una misma ciudad.
Lo mejor del fin de semana llegó cuando buscando un lugar para almorzar encontramos un restaurante español, de dueño y cocinero españoles, y disfrutamos como niños de unas tapas de paella, chorizo al vino, calamares fritos... etc!!
Luego terminamos de ver la ciudad, el famoso pescado en el puerto, Albert Clok y el centro comercial Victoria Square.
Como conclusión personal, de todo el fin de semana me quedo con el momento leyendo los mensajes de paz, el almuerzo en el restaurante español y el momento que cruzabamos conduciendo de Reino Unido a Irlanda, con el sol pegándonos directamente, contentos de haber disfrutado el fin de semana y escuchando y bailando música irlandesa :D.
Hasta la próxima!!
Patricia